Cirugía Robótica

Interrogantes sobre la cirugía robótica

Muchas personas se preguntan, ¿en qué consiste la cirugía robótica?, ¿qué es el robot Da Vinci? ¿Cuáles son las ventajas de realizarse un procedimiento quirúrgico con dicho robot? La finalidad de esta nota informativa es responder estas interrogantes y aclarar muchas otras dudas que puede plantearse el paciente ante la necesidad de realizarse una intervención quirúrgica mínimamente invasiva, aunque evidentemente esta lectura solo sirve de introducción a la entrevista con el urólogo

Durante más de 20 años la cirugía mínimamente invasiva ha tomado cabida en el tratamiento de enfermedades urológicas, por lo cual, la cirugía abierta ha sido desplazada como tratamiento de lesiones benignas y malignas en la mayoría de los países desarrollados a casos donde se contraindica por alguna razón la cirugía mínimamente invasiva. Un gran ejemplo de esto es el manejo de la patología quirúrgica tumoral y no tumoral del riñón, en los cuales se considera como primera opción o “estándar de oro” el tratamiento laparoscópico o robótico.

La definición de “cirugía mínimamente invasiva” está explícita en su nombre. Sin embargo, podemos definirla como la injuria mínima necesaria aplicada al paciente para resolver una condición patológica con resultados comparables o superiores en algunos casos a un procedimiento abierto, pero con beneficios adicionales demostrados científicamente en cuanto al menor tiempo de hospitalización postoperatorio, menor tasa de transfusión, menos dolor o molestias postquirúrgicas ya que se accede a los órganos a través de pequeñas “incisiones” en la pared abdominal con mínimo trauma de los planos musculares y del tejido aponeurótico, menor riesgo de complicaciones de herida operatoria como herniaciones, menor tiempo de incorporación del paciente a sus actividades cotidianas y por supuesto el factor estético que caracteriza dichos procedimientos.

La “cirugía robótica” o “laparoscópica robot asistida” como también es conocida, ha demostrado superioridad en ciertos aspectos incluso al compararla con la cirugía laparoscópica convencional, pero antes de explicar tales beneficios debemos entender en qué consiste.

Cómo funciona

El Robot Da Vinci está conformado por dos grandes elementos:

El robot como tal, que es una unidad con múltiples “brazos” articulados que se encuentra en el quirófano próximo al paciente y es asistido por un instrumentista que acopla o desacopla los diferentes equipos y materiales quirúrgicos laparoscópicos utilizados en la cirugía.

La consola donde se encuentra el cirujano quien controla los “brazos” laparoscópicos del robot bajo una visión tridimensional magnificada, permitiéndole realizar cortes, cauterizaciones, disecciones, divulsión y ligaduras muy precisas gracias a la visualización de alta definición que dispone.

La cirugía mínimamente invasiva robot asistida ofrece ventajas adicionales a la cirugía laparoscópica convencional, evitando las vibraciones transmitidas por las manos del cirujano ya que éste no sujeta el instrumental quirúrgico directamente encima del paciente. Permite ciertos movimientos limitados a la muñeca humana e incluso impide realizar movimientos bruscos no intencionales en los momentos donde se requiere mayor precisión. La visión en 3 dimensiones supera a la de la laparoscopia convencional. El manejo de la cámara es controlado por el cirujano desde la consola, al igual que los dos brazos operativos y el brazo fijo de presentación de estructuras, lo que hace ganar en coordinación frente a la laparoscopia convencional, donde cámara y presentación dependen de un ayudante. Por último, pero no menos importante la posición cómoda sentada del operador lo que reduce el agotamiento físico traducido en un mejor desempeño quirúrgico, en cirugías que a veces duran más de 5 horas.

Ventajas frente a la cirugía tradicional y laparoscópica

La cirugía robótica también ha demostrado superioridad a la cirugía abierta convencional y laparoscópica en cuanto al control de algunas enfermedades oncológicas como el carcinoma renal, particularmente hablamos de una menor tasa de transfusiones y de márgenes quirúrgicos positivos cuando comparamos la cirugía robótica “parcial” o conservadora de nefronas con el mismo procedimiento laparoscópico o abierto. La tecnología del robot permite realizar nefrectomías parciales más complejas que son muy difíciles por vía laparoscópica convencional, esto es atribuible a la mejor visualización de los márgenes de resección por la visión 3D y a la maniobrabilidad de los instrumentos robóticos.

Otro ejemplo de las virtudes de la robótica lo vemos en la cirugía del cáncer prostático localizado, hablamos concretamente de la prostatectomía radical, cirugía que demanda la exacta visualización de los elementos vasculares y neurológicos que garantizarán el control eficaz de la continencia urinaria posterior a la cirugía, así como también de la posibilidad de la preservación de la potencia sexual siempre y cuando el paciente cumpla con los criterios para la preservación de dichos elementos anatómicos.

La medicina en general avanza rápidamente y la cirugía mínimamente invasiva lo hace más rápido aún. Dentro de poco tiempo esperamos que todas las instituciones tanto públicas como privadas dispongan de tan magnífica herramienta que sin duda alguna demuestra resultados oncológicos comparables a la cirugía trandicional y ofrece mejores resultados funcionales y por tanto una mejor calidad de vida a nuestros pacientes.

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